Santos y Beatos mártires del siglo XX en España (6 noviembre)

En el aniversario de la beatificación del 6 de noviembre de 2007 del grupo de 498 mártires, se conmemoran litúrgicamente en esta fecha a todos los mártires, santos y beatos, que dieron en España, en los años 30 del siglo XX, su testimonio de fe.

En este mes de noviembre la celebración de Todos los Santos comenzó con el recuerdo a los mártires anónimos de la Primitiva Iglesia de Roma. Y es que, desde la antigüedad, las comunidades cristianas sentían gran devoción por los hombres y mujeres que dieron la vida por el Evangelio. Simplemente por el hecho de ser cristianos.

Conocida es la importancia de los Mártires en el camino de la fe y en la historia de las comunidades cristianas. Las investigaciones confirman cada vez más claramente que, como ya señaló Juan Pablo II, el mayor número de mártires de toda la historia de la Iglesia se ha dado en el siglo XX, superando el de los primeros siglos en una tendencia que se mantiene en nuestros días.

La Iglesia en España conmemora en una sola celebración a todos los Santos y Beatos Mártires que murieron durante la persecución religiosa entre los años 1931 y 1939. La lista innumerable de mártires -obispos, sacerdotes, consagrados y laicos- que dieron a Cristo el testimonio supremo del amor está encabezada por los Santos Pedro Poveda Castroverde, presbítero diocesano y fundador de la Institución Teresiana, e Inocencio de la Inmaculada, religioso pasionista.

Si San Pedro Poveda se celebra el 28 de julio, aquí viene a relucir porque la Liturgia al hablar de mártires prefiere poner algún nombre conocido que encabece la lista de ese momento. Poveda es un sacerdote que trabaja en Guadix con los necesitados en las cuevas hasta que marcha a Covadonga donde será rector de la Basílica al pie de los Picos de Europa. Cuando se encuentra en aquellos lugares concibe un nuevo carisma que son mujeres dedicadas a la enseñanza que se dediquen de forma especial a enseñar a tantos niños que no tenían otra posibilidad de aprender. Son las teresianas.

Inocencio de la Inmaculada, por su parte, es lucense de origen y de familia muy humilde. Nacido en 1887 se dedica al pastoreo para ayudar en casa. Pero igual que los apóstoles, él sería llamado por Cristo, en su caso, para ser pastor de almas desde el carisma pasionista. Todos ellos derramaron su sangre por la Fe en la persecución religiosa de los años 30, en España el siglo XX.

En la década de los treinta del siglo XX se llevó a cabo una de las persecuciones religiosas más sanguinarias de la historia de España. Hoy se honra a aquellos que perecieron por su Fe.

El nombre de la fiesta causó mucha polémica en su momento, decidiéndose asentarse en la conmemoración de los “Mártires del siglo XX”, con carácter de fiesta obligatoria, para así agrupar a los mártires de la II República Española y la Guerra Civil en su conjunto. El número de mártires asciende a cantidades incalculables, aunque han sido beatificados y canonizados tan solo aquellos de quienes se guardaron testimonios verosímiles que aseguraran que era su Fe la causa de su asesinato. Muchos tienen fecha propia en el calendario litúrgico de sus diócesis y congregaciones. Por supuesto, el número de mártires anónimos aumenta en mucho al de los conocidos, y a todos ellos se pretende recordar este día.

Semillas de paz, mártires de Cristo, signos del amor,
valientes testigos, antorchas de fe en nuestro camino.
Es semilla de cristianos vuestra sangre martirial,
es perdón de los hermanos y esperanza de la paz.

Sois racimo bien maduro que el Señor prensó en su cruz,
trigo sois limpio y fecundo triturado por Jesús.
En España el siglo veinte resplandece en santidad,
pues dais vida en vuestra muerte a una nueva humanidad.

Entregadnos el testigo que hoy queremos recoger,
por seguir en el camino al Señor, Testigo fiel.
Dadnos gozo y valentía al sembrar la paz y el bien,
proclamando en nuestra vida la alegría de la fe. AMÉN