Para leer el Evangelio: martes 8 septiembre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Martes XXIII del Tiempo Ordinario.  Mateo 1, 1-23
Fiesta del nacimiento de Santa María, Madre del Señor

Me atrevo a comentar este pasaje tan complicado como es la genealogía de Jesús que realiza San Mateo.

Lo primero es ver las personas que están dentro de esta lista: patriarcas, reyes, campesinos…de todo. De todo que van a hacer de todo, como los impíos reyes Acaz o Manasés. O Judá, el patriarca, que comete un incesto con Tamar, su nuera. O David qué de la mujer de Urias, Betsabe, engendra a Salomón, cometiendo un asesinato y un adulterio.

Lo segundo, de las cuatro mujeres de la lista, excluyendo a María, tres son extranjeras, y una de ellas, prostituta. Jesús, diríamos, es casi un mestizo, no es de “pura raza”. Y alguna “abuela” suya con un oficio no muy recomendable.

Lo tercero, nos habla la genealogía de generaciones: tres grupos de catorce, o, diríamos, seis grupos de siete personas. La última, Jesús: el siete por siete, la plenitud de la salvación.

Por ello, al acercarnos a este texto, ¿qué podemos descubrir?

Dios se hace presente en toda la historia humana, sin desdeñar nada, aún siendo pecaminosa o mala, no ejemplar. Y acepta no ser “de pura raza”.
Lo segundo, Jesús nace de María, la esposa de José. No es este quien engendra a Jesús. Solo es su padre legal. Nace de María.
Lo tercero, Jesús es la plenitud de la salvación.

Hoy, en esta fiesta del nacimiento de María, se nos convoca a contemplar al Señor que se hace presente a través de una mujer, en nuestra vida, en nuestra historia aunque no sea ejemplar, y nos trae la salvación, la plenitud de la vida. Contemplemos al Señor. Y seamos como María, personas de fe.

José Luis, vuestro Párroco