Para leer el Evangelio: miércoles 28 octubre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Miércoles XXX del Tiempo Ordinario.  Lucas 6, 12-19
Fiesta de San Simón Celotes y San judas Tadeo, Apóstoles

Me gustaría contemplar hoy a Jesús en los movimientos que propone este pasaje evangelico: subió al monte a solas a orar toda la noche.

Subir a la montaña es un símbolo bíblico común y muy importante: es estar, subir, situarse delante de Dios. San Lucas insiste que subió a orar ante Dios, y de noche: en medio de la oscuridad, Dios está.

Justamente después de este largo tiempo con el Padre, elige a los Doce. Cuando va a realizar algo importante, antes vive y mantiene su intimidad con el Padre.

Si miramos a estos Doce «enviados», Apóstoles, encontramos personas de todo tipo: pescadores, recaudadores de impuestos, comerciantes, artesanos, campesinos…hasta un terrorista (un Celote, un terrorista judío contra la ocupación romana y sus colaboracionistas o traidores)

Jesús, después, sigue ejerciendo su misión: sigue actuando, salvando y sanando. Ellos, con Él.

Hoy se nos llama a contemplar al Maestro, ver cómo es y cómo actúa, y estar con Él (los Apóstoles y discípulos tienen con Él una intimidad, como Él con el Padre…).

Y, por supuesto, nos llama a tener y vivir esa intimidad.

También hoy nos llama a sentirnos aceptados por Él, tal y como somos ( no somos los mejores, como tampoco lo eran esos Doce), y enviados a, como Él, seguir sanando y salvando.

Contemplemos al Señor.

José Luis, vuestro Párroco