Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana II del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 3, 1-6.
San Marcos hoy nos presenta a Jesús como Aquel que elige y desea la vida plena del ser humano, de todo hombre o mujer.
El Señor entra donde se reúne la comunidad, la sinagoga, lugar de reunión, no se aleja de las personas, se fija en aquellos que le rodean, un hombre con un brazo paralizado, se da cuenta de las actitudes de quienes están allí, les duele la dureza de corazón, y efectúa una tarea que salva.
Teniendo esto en cuenta, hoy podemos leer y contemplar este Evangelio: el Señor está realmente presente en nuestra vida, se fija en como estamos cada uno, nos da una palabra de paz, nos cura de aquello que paraliza nuestro ser, y nos pide tener un corazón abierto a Él y a los demás.
Hoy podíamos leer y releer este pasaje evangélico, pedirle al Señor que le dejemos habitar en nosotros, y que nos dé un corazón abierto a Él.
En silencio, saboreemos este acontecimiento.
José Luis, vuestro Párroco