¿Quieres ser auténtico?

¿QUIERES SER AUTÉNTICO?

Cuando vamos a comprar una piedra preciosa o alguna perla, corremos el riesgo de ser estafados, es decir, que nos vendan algo a un precio que posiblemente no valga la pena.  Por ese motivo y no otro, los mismos artesanos, los buenos, nos ayudan con algunas pautas a tener en cuenta a la hora de hacer la compra…

A primera vista, es posible que no puedas ver la diferencia entre una y otra. Por lo tanto, debes hacer algo más que solo mirar para distinguirlas…

Las piedras preciosas reales son naturales y debido a esto van a tener defectos. Si bien puedes pensar que sería al revés, las piedras reales son claramente imperfectas, mientras que las gemas sintéticas se verán impecables.

Además, las piedras falsas tienden a brillar, incluso mejor que las piedras preciosas reales, porque estas se han desgastado a través del tiempo, y por acción del medio ambiente…

Quizá te preguntes el motivo de lo que acabas de leer, esas advertencias sobre piedras no parecen tener demasiado sentido, ¿verdad?

Providencialmente, podemos hacer una analogía con nuestras vidas… si es que no fuimos haciéndola hasta el momento.

¿Alguna vez escuchaste hablar sobre “ser de una sola pieza”?, ¿sabes qué significa realmente? Bien, quiere decir muchas cosas, y se podrían sacar muchísimas aplicaciones más, pero veamos si podemos explicarlo diciendo lo que no es “ser de una sola pieza”.

El primer ejemplo que se me ocurre es cuando tenemos “muchos rostros”, cuando estamos verdaderamente divididos, actuamos según las circunstancias, nos dejamos llevar por lo que ocurre en el momento. En este caso, la integridad es lo que deberíamos practicar. Una persona íntegra es una persona con valores y principios, claros y firmes…

Si vemos otro ejemplo, no somos de una sola pieza cuando nuestras obras, nuestras acciones quitan lo que siembran nuestras palabras. Cuando hay una dicotomía u oposición entre nuestro discurso y nuestro modo de vivir, de hacer las cosas…

Jesús en el Evangelio dice que cuando digamos “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digamos “no”, que sea no. (Mateo 5:37) Eso significa la palabra coherencia, decir y hacer una misma cosa, lejos del doble discurso o de fingir, como solemos decir. Para trabajar esto, podemos empezar desde lo más sencillo, como cumplir cuando me comprometo a hacer un favor, evitando decir mentiras por pequeñas que parezcan, tratando de ser lo más realista posible: no engañar a los demás ni a nosotros mismos…

Cuando somos nosotros mismos, y aceptamos nuestras luces y sombras, damos la oportunidad a Jesucristo de ser nuestro Redentor, abrimos nuestro corazón al Amor que sana, que nos muestra el mejor camino, que nos quiere con Él en la Gloria. Él conoce absolutamente todo de nosotros, no tengamos miedo de mostrarnos naturales, de darle nuestros defectos para que los torne en virtudes que nos embellezcan…

“Ser de una sola pieza” es en definitiva ser nosotros mismos según el Plan Divino, a Imagen y Semejanza de la Trinidad. Ser otro Cristo.

Pidámosle a María Santísima, que siempre seamos de su Hijo, que pongamos nuestra energía y esfuerzo en ser nuestra mejor versión, que nuestras palabras y acciones estén en perfecta armonía, que no tengamos miedo de ser genuinos, pues, como decía Santa Catalina de Siena: “Si sois lo que tenéis que ser prenderéis fuego el mundo entero.”

Cristo nos necesita así, dispuestos a ser “DE UNA SOLA PIEZA”, ¡Ave María y adelante!


Resumen de la entrada escrita por GUADALUPE ARAYA en: FOCUS by Cathopic