Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves Santo.
Lecturas: Ec12, 1-8. 11-14, Sal 115, 1 Cor 11,23-26, Jn 13, 1-15.
Un día para contemplar y callar, admirar y saborear por dentro.
Primero, descubrir dónde está anclada nuestra Pascua, la Pascua judía, el recuerdo de que Dios pasa pues nuestra vida y nos hace personas libres.
Lo segundo, gustar las palabras de Pablo en su carta a los Corintios, que reconoce que está “tradición” la ha recibido de la comunidad, la Iglesia. No es suya, es un don, un don del Espíritu a la comunidad que se reúne sintiendo la Presencia del Resucitado. Viviendo las palabras y el quehacer del único Maestro.
Y lo tercero, visualizar y contemplar al Maestro, al Único Maestro, que ama intensamente. Que nos ama
intensamente “Me llamáis el Maestro y el Señor, y lo soy”
Que vivamos santamente este día tan santo.
José Luis, vuestro Párroco