Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado Santo, Vigilia en la Noche Santa.
Ya en la tarde de este sábado,puedo dejar mi pequeña reflexión de este día para compartirla…
Hoy no he parado con los diferentes preparativos. Pero quiero ahora vivir este sábado tan especial.
Ayer acompáñanos a Jesús en su tormento y agonía en la cruz y el silencio del sepulcro. Dolor en los que despiden a un muerto, y muerto en circunstancias tan duras. Soledad en el muerto. ¡¡¡ Qué fríos se quedan los muertos !!!
Hoy, Sábado Santo, estamos ante la gran piedra que cierra el sepulcro sagrado de su “cuerpo que descansa sereno”, sepultura excavada en piedra.
El altar de las iglesias está desnudo. Ningún ornamento, ninguna flor, ningún mantel. El sagrario, vacío.
Día de soledad y silencio. Sin quitar el dolor, en nuestros corazones anida una gran esperanza (qué terrible tuvo que ser este sábado para los discípulos y para las mujeres, incluida María).
Estemos con ellos y ellas, estemos con María. Estemos con aquellas personas que han perdido hasta la esperanza. Por vamos nuestros fracasos y angustias en las manos de Dios. Silencio y confianza.
José Luis, vuestro Párroco