Para leer el Evangelio: domingo 4 abril 2021

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Domingo de Pascua de Resurrección del Señor.
Lecturas:
Hch 10, 34. 37-43, Sal 117, Col 5, 6-8, Jn 20, 1-9

Desde luego que hoy es un día para contemplar y saborear, dejar que nos cale hondo en nuestro ser.
Por un lado, el camino oscuro, doloroso, angustiado de María Magdalena que va hacia una tumba. Una tumba que significa el fracaso de todas nuestras esperanzas y de nuestras aspiraciones. Una tumba que es dolorosa y agobiante. Lo peor que podemos vivir. Pensemos en la tumba de nuestros seres queridos. O la tumba de tantas víctimas inocentes.
Vivamos hoy y ahora este caminar. Dejemos un poco de tiempo para vivir ese momento.
También vivamos el desconcierto de Magdalena ante el posible “robo y desconcierto” del cuerpo del Señor.
Vamos a dejar un tiempo para ello.
Pero luego, después, vivamos la segunda parte de este Evangelio: sabemos que el Señor está vivo. Que al entrar en la sepultura Pedro y Juan, caen en la cuenta de que no ha sido una profanación: es que el Señor ya no está ahí, en la tumba, sino que está vivo y pleno, glorificado para siempre. Vieron y creyeron.
Y todo cambia: nuestro dolor, nuestros miedos, se transforman en profunda alegría. Y la vida triunfa: el Señor ha resucitado, y nos llama a su vida plena…
¡¡¡ Bendito sea el Señor!!!
Feliz Pascua a todos: vivamos en nuestro interior a Cristo vivo presente en cada uno de nosotros, en toda la humanidad, en toda la Creación.

Estemos con Él un rato, sintiendo su vida y su presencia en nosotros, presencia que rompe la angustia del camino de la muerte, y que nos lleva a la vida plena.
Feliz Pascua!!!

José Luis, vuestro Párroco