Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana VIII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 11, 27-33.
Es un pasaje que parece que no tiene apenas nada que aportar. Parece que la respuesta de Jesús es una buena salida a una pregunta bastante impertinente por parte de los escribas y sacerdotes. Un poco antes ha ocurrido, según Marcos, la expulsión de los comerciantes del templo. Le plantean quién es El, en definitiva.
Creo que aquí está el corazón de este pasaje evangélico: ¿quien eres para que hagas esto?
Hoy nos podemos plantear quién es Jesús para mi, para cada uno.
Acercarnos a la dimensión trascendente de a vida, ir más allá de lo que vemos, de lo que nuestros sentidos nos marcan, traspasar el límite de lo material…creo que hoy nos invita el Señor a ello… Ir más allá.
Hace tiempo cayó en mis manos un libro que se titula “El camino de la trascendencia”, una invitación a ir más allá de lo puramente sensorial. Hoy el Maestro nos invita a plantearnos ir más allá… Caer en la cuenta de que la Presencia del que es la vida empapa todo, y nos abre el camino a ir hacia Él. Ese camino se inicia aquí, en este mundo, y una buena forma de iniciarlo es buscando la justicia, la igualdad, aunque no nos quedemos tan solo en ello; es hacer en lo grande, y en lo pequeño y cercano, un mundo de acogida y de paz, de amor y comprensión, ir más allá…
En conclusión, a estar con Aquel que tiene realmente toda la autoridad. Aquí y allí. Estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco