Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles semana XI del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 6, 1-6.16-18
Hay un doble mensaje en este texto: por un lado, la llamada a la autenticidad y coherencia (vivir, no buscar dar una imagen), y por otro descubrir al “Padre que ve en lo escondido”.
Me gustaría hacer hincapié en este último aspecto: Dios, ese Misterio de amor infinito, que está en lo escondido, en lo más íntimo e ínfimo de nuestra vida, en lo que no se ve ni se toca, ni se palpa, pero que está. Presencia siempre amante.
Creo que llevamos mucho tiempo de lecturas moralistas. Ya sean conservadoras, o progresistas. Y creo que hoy Jesús nos invita a descubrir un día más a ese Dios que habita en toda nuestra vida.
Sentir esa presencia del que es todo Amor (Jesús nos habla de “tu Padre”), y nos llama. Vivir con El una auténtica historia de amor: sentirnos hijos y amados, sentirnos amantes, sentir su presencia en lo más íntimo de nuestro corazón. Sentirle a Él en el silencio.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco