Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana XV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 11, 28-30.
Jesús se nos revela como el manso y humilde: el Rey Pacífico, el Rey de la Paz.
Nuestra fe cristiana nunca nos puede agobiar o encadenar, aplastar y llenar de temor y angustia. Me gusta pensar que en la Palabra de Dios los jueces del Antiguo Testamento (con sus limitaciones personales y morales propias de su tiempo y su cultura, hundidos en la leyenda) realmente actuaban liberando al pueblo: nuestro Dios desea nuestra liberación.
A veces en la Iglesia hemos sido, somos, expertos en normativas y cánones. Hemos «codificado» mucho la salvación y el mensaje.
Jesús insiste: mi carga es ligera y llevadera. Da una paz, se da Él mismo, que nada ni nadie nos puede arrebatar.
«Venid a mi», tomad de mi… Unas frases claves hoy en este pasaje evangélico.
Hoy nos podemos acercar al Señor, estar con Él en el silencio leyendo y contemplando este Evangelio, y estando con Él. Dejemos que su Presencia nos abarque totalmente.
José Luis, vuestro Párroco