Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana XXIII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 6, 27-38.
Desde luego que este texto es increíble. Si tuviéramos que realizar un retrato con palabras de cómo es el Señor, este pasaje refleja perfectamente su psicología, su forma de ser.
No suelo ser amigo de moralismos, pero creo que estas palabras son la raíz y el fundamento de toda la moral cristiana, con, además, un punto clave: invitación a identificarnos ni más ni menos que con el Padre.
Me sorprenden y me enamoran las frases de este pasaje: “amad a vuestros enemigos, haced el bien sin esperar nada a cambio, bendecid, no maldigais, tratad a los demás como queréis que os traten, perdonad, sed compasivos, no juzguéis…”
Es un texto para leer y releer, saborear y contemplar, visionar a Jesús, y dejar que nos cale lenta, pero hondamente. Es descubrir la admirable forma de ser del Maestro, y dejarnos enamorar por Él.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco