Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes semana II de Navidad, antes de Epifanía. Ciclo C
Lecturas: Jn 1, 35-46
Creo que este pasaje evangélico es para leer y releer, saborear y dejarnos empapar por él, y visionar.
Choca la presentación que hace el Bautista de Jesús: el Cordero de Dios. Estamos habituados a denominar así a Jesús, pero si nos paramos a pensar, nos podemos dar cuenta de que es chocante.
Hay dos cuestiones más: «venid y lo veréis», la invitación del Maestro, y «se quedaron con él». Son palabras para tenerlas en el corazón.
Sin embargo me gustaría detenerme en otra pequeña frase: «serían las cuatro de la tarde»…, ¿Que tendría aquel hombre que hasta se les quedó grabado la hora en que le conocieron?
¿Qué tiene el Señor que tanto tanto nos atrae? ¿Qué me da el Maestro?
Es para pararnos a meditar en nuestro interior, ¿qué tienes, Jesús mío?
Estemos con Él. Sin palabras, sin querernos responder, deseando estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco