Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Epifanía del Señor, solemnidad. Ciclo C
Lecturas: Is 60, 1-6; Sal 71; Ef 3, 2-6; Mt 2, 1-12.
Me llena de ternura esta fiesta…
Por lo que significa de ilusión (para los más pequeños, los más grandes estamos sobrados de muchas cosas), y también por lo que significa en nuestra fe: Dios para todas las personas.
El Evangelio de hoy está escrito por un rabino judío. No es casualidad. Los judíos pensaban que el Mesías solo era para ellos. Y justamente el evangelista más judaizante, Mateo, nos cuenta este relato: Jesús es para todos, judíos y no judíos, hombres y mujeres, esclavos y libres. Dios desea que toda la humanidad se salve, y nadie está apartado de la salvación de Dios. Este es el gran mensaje de este día: Dios para todos; su gloria, como indica la primera lectura, es ese gran deseo de Dios: todo ser humano es llamado por Dios a la vida.
Hoy podemos saborear todas las lecturas, releer despacio el Evangelio, y sentir esa gran vocación para toda la humanidad: la vida.
Estemos con el Señor.
José Luis, vuestro Párroco