Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la semana IV de Cuaresma. Ciclo C.
Lecturas: Jn 5, 31-47
Un Evangelio complejo. Parece que a primera vista que poco hay que sacar, y hasta nos podemos perder en el vocabulario y la forma de expresión.
Sin embargo, leyéndolo despacio dos o tres veces, podemos caer en la cuenta de su mensaje: Jesús es el enviado y avalado por el Padre, mayor que cualquier profeta (hasta que Juan, el gran líder de aquel momento), y validado por el propio Moisés, es decir, por las Escrituras. Jesús, el Señor.
Creo que este pasaje es para leerlo, vivirlo y volverlo a leer, y a dedicar un tiempo en silencio contemplando al Señor: Jesús el enviado por el Padre, el hombre inmerso en el misterio de la vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco