Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves XXV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 9, 7-9.
Jesús causó bastante movimientos de opinión en su tiempo. De una firma sencilla, y bastante poner en medios, el Señor va a provocar una cierta convulsión en la vida social de su tiempo.
El Evangelio de hoy así nos lo muestra: el mismo rey Herodes, hijo de Herodes el Grande, el asesino de los niños de Belén, de plantea quién es este, y se interroga. Jesús interpela a quien le va conociendo, aunque solo sea de oídas.
¿Qué lugar ocupa hoy el Señor en mi vida?¿Cómo me interpela?
Jesús supuso un «fenómeno social». Nosotros, ¿nos dejamos interpelar por nuestra realidad social?
Porque Dios nos sigue hablando a partir de nuestras realidades sociales…como hace ver esa interpelación que se hace Herodes.
Vamos a leer despacio este Evangelio, pidiendo a Dios que nos dejemos interpelar por Él y por lo que nos rodea, porque El ahí está.
José Luis, vuestro Párroco