Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes XXVIII del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Lc 11, 29-32.
Un pasaje enigmático, complejo, que nos puede llevar a no entenderlo.
El Señor Jesús es alguien abierto, totalmente, a la Palabra de Dios. Tiene una profunda comunión con el Padre. Es realmente un escuchador atento al Padre.
Las palabras del Evangelio de hoy van por aquí: el Señor nos invita a reconocerle como el centro de la vida, escuchando la Palabra, y dejándonos tocar y transformar por ella.
Jonás profeta, con su servicio a las gentes de Ninive donde fue a predicar, y la reina de Saba que escucha al sabio son ejemplos de escucha de la Palabra. Jesús es modelo del hombre que escucha, y a la vez se revela como el centro de lo que vale la pena escuchar. En definitiva, el centro de la vida.
Leamos esta Palabra, y admiremos al Señor.
José Luis, vuestro Párroco