60º Aniversario del inicio del Concilio Ecuménico Vaticano II

En este mes de octubre se está celebrando el 60º aniversario del inicio del Concilio Ecuménico Vaticano II.

Con este motivo, se propone la lectura del discurso del Papa Juan XXIII en la solemne apertura del mismo, el 11 de octubre de 1962. Puede ayudar mucho a renovar y centrar los conocimientos que tenemos de esos días. Sus palabras de inicio fueron: Gaudet Mater Ecclesia”


Venerables hermanos:
Gócese hoy la Santa Madre Iglesia porque, gracias a un regalo singular de la Providencia Divina, ha alboreado ya el día tan deseado en que el Concilio Ecuménico Vaticano II se inaugura solemnemente aquí, junto al sepulcro de San Pedro, bajo la protección de la Virgen Santísima cuya Maternidad Divina se celebra litúrgicamente en este mismo día.

Los Concilios Ecuménicos en la Iglesia
La sucesión de los diversos Concilios hasta ahora celebrados —tanto los veinte Concilios Ecuménicos como los innumerables concilios provinciales y regionales, también importantes— proclaman claramente la vitalidad de la Iglesia católica y se destacan como hitos luminosos a lo largo de su historia.

El gesto del más reciente y humilde sucesor de San Pedro, que os habla, al convocar esta solemnísima asamblea, se ha propuesto afirmar, una vez más, la continuidad del Magisterio Eclesiástico, para presentarlo en forma excepcional a todos los hombres de nuestro tiempo, teniendo en cuenta las desviaciones, las exigencias y las circunstancias de la edad contemporánea.

Es muy natural que, al iniciarse el Concilio universal, Nos sea grato mirar a lo pasado, como para recoger sus voces, cuyo eco alentador queremos escuchar de nuevo, unido al recuerdo y méritos de nuestros predecesores más antiguos o más recientes, los Romanos Pontífices: voces solemnes y venerables, a través del Oriente y del Occidente, desde el siglo IV al Medievo y de aquí hasta la época moderna, las cuales han transmitido el testimonio de aquellos Concilios; voces que proclaman con perenne fervor el triunfo de la institución, divina y humana: la Iglesia de Cristo, que de El toma nombre, gracia y poder.

Junto a los motivos de gozo espiritual, es cierto, sin embargo, que por encima de esta historia se extiende también, durante más de diecinueve siglos, una…


Pueden seguir el texto completo de este determinante discurso en: https://www.vatican.va/content/john-xxiii/es/