Para leer el Evangelio: jueves 17 noviembre 2022

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Jueves XXXIII del Tiempo Ordinario. ‎
‎Lecturas: Lc 19, 41-44.‎

Hoy Jesús se nos muestra con una profunda compasión hacia quiénes van a vivir el dolor y el sufrimiento.

Según baja el Señor por el monte de los olivos, descubre y contempla Jerusalén. Y rompe a llorar: la ciudad, el sitio donde viven las personas, se ha cerrado ante Él. A veces el mundo, la humanidad, se cierra a Dios. Y esta cerrazón nos lleva a la muerte.

Jesús no condena, ni nos dice “ya lo sabía” o “mira que te advertí”. No. Se compadece, y sufre por quienes no le acogen, y por ello no pueden, no podemos, tener paz.

Hoy podemos contemplar este Evangelio, contemplar al Señor, descubrir una vez más su gran amor y humanidad, y pedirle que nos abramos sinceramente a Él. Es descubrir el camino que lleva a la paz.

Estemos con El.

José Luis, vuestro Párroco