Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes III del Tiempo de Adviento.
Lecturas: Mt 21, 28-32.
Creo que hoy Jesús se nos revela profundamente.
Él es realmente aquel que escucha la palabra de su Padre, y la vive.
La vive e invita a otros a vivirla: ¿Qué hace falta para ello? No tener las actitudes de quienes se creen que todo lo hacen bien, e incluso «tienen derecho ante Dios», sino la de aquellos que se sienten necesitados de salvación. E incluso saber contemplar esto, la conversión de los pecadores, nos puede llevar, desde la humildad y el reconocimiento de lo que auténticamente somos, nos puede llevar al encuentro con Dios. Jesús va por delante.
José Luis, vuestro Párroco