Madrid origen de la imagen clásica de Ntra Sra de la Soledad

Nuestra Señora de la Soledad es una variante de la advocación de la Virgen María del título de Nuestra Señora de los Dolores. La Casa Real de Francia tuvo especial devoción a María Santísima en su misterio de la Soledad (último de los siete dolores de María), y fue introducida en España por Isabel de Valois, hija de Enrique II de Francia y de Catalina de Médici, que contrajo matrimonio con Felipe II de España.


Tras sepultar el cuerpo muerto de Cristo en la tumba que José de Arimatea había cedido para tal fin, María queda en soledad recordando los tormentos padecidos por su Hijo y a la espera de su gloriosa Resurrección.


El modelo instituido en esta Virgen de la Soledad dio lugar a una iconografía característica y “singularmente española” de esta advocación que se extendió por todo el orbe cristiano.

La imagen de Nuestra Señora de la Soledad de la Victoria fue una talla realizada por el ilustre escultor GASPAR BECERRA (1520-1570) para el desaparecido convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid, ubicado en la Puerta del Sol. 

Isabel de Valois esposa de Felipe II, tenía en su oratorio particular un cuadro que había traído con ella desde Francia y que representaba a la Virgen de la Soledad, la imagen del cuadro suscitó gran devoción en los frailes de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, que se habían instalado en Madrid siguiendo los pasos del monarca. Los frailes pidieron permiso a la reina para realizar una copia de la imagen con el fin de rendirle culto en la capilla de su convento, eso sí, la copia sería de bulto, es decir, una escultura.

Desde un primer momento se quiso que la imagen fuera “vestidera”, por lo tanto se tallarían únicamente la cabeza y las manos, siendo el resto un armazón de madera (candelero) que se recubriría con ropajes. A iniciativa de la condesa de Ureña, Dña María de la Cueva y Toledo, camarera mayor de la reina, fue vestida con sus propias ropas de viuda, al modo de viuda castellana noble de la época: túnica y toca blanca y velo espeso largo negro. Este característico atuendo sumado a otras particularidades, como llevar diadema en lugar de corona, o estar acompañada por los símbolos de la Pasión, constituyeron una verdadera revolución en la tipología de las imágenes marianas.

En 1565 por fin, tras más de un año de trabajo del escultor y su taller, la reina hace entrega al convento de la Victoria de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.


La leyenda dice, según relata el fraile Antonio Ares en su obra “Discurso del ilustre origen y grandes excelencias de la misteriosa imagen de Nuestra Señora de la Soledad del Convento de la Victoria de Madrid de la Orden de los Mínimos de S. Francisco de Paula” publicada en Madrid en 1640, que no fue fácil para Gaspar Becerra conseguir plasmar en una escultura aquella imagen que aparecía pintada en un cuadro y a la que tanta devoción tenía la reina Isabel de Valois. Más de un año tardaría en tener lista la primera de las tres cabezas que hubo de realizar, pues esta primera no gustó a nadie. Entre rezos y plegarias de los frailes siguió trabajando el escultor, pero el segundo intento también resultó fallido y no fue hasta el tercero, tras un sueño en el que alguien le decía que se despertara, se acercara a la chimenea que estaba encendida y cogiera un tronco de roble que se estaba quemando en ella, lo apagara y lo preparase porque sería de él de donde sacaría la imagen que deseaba, cuando por fin consiguió realizar la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.


El 21 de mayo de 1567 se funda la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Angustias en el convento de la Victoria,​ con el fin principal de promover el culto a la imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Para ello celebrarán misas y saldrán procesiones en su honor.

El acto principal de la cofradía y que más expectación despertaba entre el pueblo de Madrid era la procesión que cada Viernes Santo salía del convento de la Victoria y llegaba hasta el Alcázar, donde la familia real esperaba su llegada. León Pinelo en su obra Anales de Madrid (desde el año 447 al de 1658), describe así la primera procesión de la Virgen de la Soledad que tuvo lugar el Viernes Santo de 1568:
El Viernes Santo de este año salió la primera vez del Convento de la Victoria la procesión de sangre de la Soledad por la Cofradía de Nuestra Señora con tantos pasos, cera y disciplina como si fuera muy antigua. Eran los penitentes de sangre más de dos mil y los de luz más de cuatrocientos. Hase continuado siempre, y, aunque los de luz pasan hoy de los ochocientos, los de disciplina son muchos menos que salían. Pero siempre es la mayor procesión que en la Cuaresma sale en Madrid.

Aparte de las funciones religiosas y procesiones, la cofradía realizó una importante labor social. De entre todas ellas destacó por su importancia, la fundación del Hospital de la Inclusa para niños expósitos.

Con la supresión de las órdenes religiosas decretada por José Bonaparte el 18 de agosto de 1809, los Mínimos fueron expulsados y la imagen de Nuestra Señora de la Soledad pasó a la Real Colegiata de San Isidro. Esta primera estancia de la imagen en San Isidro fue breve, ya que con el regreso de Fernando VII y la restauración de los conventos, promulgada en los Reales Decretos de 18 de febrero de 1813 y 26 de agosto de 1813, los Mínimos volvieron al convento de la Victoria y con ellos la Virgen de la Soledad. Allí permaneció hasta la Desamortización de Mendizábal (1836) en la que se suprimió definitivamente el convento de la Victoria para su posterior demolición. La imagen de la Virgen de la Soledad volvió nuevamente a la Real Colegiata de San Isidro.

La noche del 19 al 20 de julio de 1936 asaltaron, expoliaron y quemaron más de cincuenta iglesias y conventos de la capital, entre ellas la Real Colegiata de San Isidro y así hemos perdido el original de la Soledad de la Victoria. En la actualidad hay una capilla con una copia de la original en la Colegiata de la calle Toledo.

Isabel de Valois, Gaspar Becerra y la Condesa viuda de Ureña establecieron un nuevo prototipo mariano en Madrid.
De esta iconografía tan característica y pues comenzó a ganar fama milagrera, se hacían pinturas y se colgaban en los portales, así deriva, por ejemplo, el cuadro de “la Paloma” y otras tantas imágenes repartidas por todo el mundo.


https://turistaenmipais.com/2021/03/24/gaspar-becerra-virgen-soledad-convento-victoria-madrid/

https://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_Se%C3%B1ora_de_la_Soledad