Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la semana V de Cuaresma. Ciclo A
Lecturas: Jn 8, 51-58.
Un texto altamente revelador: Jesús se va a manifestar como la vida, de forma que revela que quien le escucha tiene vida: Él es la vida, el cumplimiento de las promesas de Dios, de su fidelidad.
Más aún, se manifiesta con una relación totalmente íntima con el Padre, le conoce, está unido en pleno a Él. Tan unido que Él es la verdad, que está y vive con el Padre desde siempre, hasta en la vocación del patriarca Abraham.
Jesús y el Padre son uno. Jesús, reflejo del rostro del Misterio de Dios.
Podemos leer este Evangelio, y saborear el misterio, la realidad, de Jesús. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco