Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes de la semana V de Cuaresma. Ciclo A
Lecturas: Jn 10, 31-42.
Hoy se nos revela la bondad de Jesús: ¿Porqué deseáis apedrearme?
Pero también se nos revela la íntima unión del Señor con el Padre: sus obras son las obras de Dios. Ambos están tan intensamente unidos que son uno solo. Jesús y el Padre son uno.
Hoy podemos contemplar así este Evangelio: la profunda comunión de Jesús con el Padre. Un Dios que solo hace el bien, lo bueno. Jesús, reflejo de la bondad del Padre.
Unos días antes de contemplar la entrega sin límite del Maestro, estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco