Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la IV semana de Pascua (Ciclo A).
Día 3 de mayo, Santos Felipe y Santiago, Apóstoles.
Lecturas: Jn 14, 6-14.
En mitad de la Pascua, recordando con mucho cariño a estos Apóstoles, volvemos a recibir como gran mensaje la invitación a “conocer” a Jesús, y a darnos cuenta de su íntima comunión con el Padre. Invitación, por tanto, a vivir esa unión con el Padre, Misterio inmenso de la Vida.
Hoy Jesús se nos revela como el gran conocedor al Padre, con una inmensa e intensa intimidad con Él. Sus obras, su vida, son las obras del Padre. Su vida es la de Él. Vivir con Él, como hacen los Apóstoles, es vivir con el Padre. Aunque a veces no se enteren, no nos enteremos, de esta Presencia real, pero de la que queremos vivir.
Podemos hoy leer este Evangelio recordando a estos hombres, y pedir a Dios vivir esa comunión con Jesús, con el Padre. Estemos con Él..
José Luis, vuestro Párroco