Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes I del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 1, 14-20.
Comenzamos hoy el recorrido “normal” del tiempo litúrgico: en lo habitual o cotidiano, la Iglesia propone contemplar en su totalidad el Misterio de la persona de Jesús.
Hoy este texto evangélico nos revela a Jesús como quién anuncia el proyecto de Dios, el Reino, y nos llama para ello a la conversión. Hace del anuncio del Reino la razón de su vida.
Unido al anuncio del Reino está el estilo de Dios: desea que el ser humano colabore con Él en su proyecto, llama al seguimiento del anunciante del Reino.
Hoy podemos contemplar así a Jesús: Él es el enviado por el Padre a anunciar su proyecto, el Reino, donde las personas no somos seres pasivos, sino que desea que vivamos activamente, siendo protagonistas, no solo siervos, en todo su proyecto. Así es cómo actua nuestro Dios, implicandonos, deseando que lleguemos a la plenitud de la vida.
Leamos este texto evangélico, y estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco