Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes IV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 5, 1-20.
Un Evangelio sorprendente. Fundamentalmente para leer despacio, imaginar, saborear, dejarse empapar por el Señor.
Una vez que hemos leído, y visualizado este relato, podemos descubrir cómo Jesús se da a conocer: llega “a la otra orilla del mar”, sondea al endemoniado, le libera, le salva, rechaza el mal, respeta la libertad de los habitantes de aquella zona, y encarga al hombre sanado que anuncie la obra de Dios allí donde está.
El Señor siempre salva, anuncia al Dios salvador, respeta la libertad humana.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco