Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la semana II de Cuaresma. Ciclo B.
Lecturas: Mt 20, 17-28.
Me encanta este pasaje evangélico.
Por un lado, la evidente poca inteligencia de los apóstoles: Jesús les está hablando de su entrega hasta la muerte, y ellos están empeñados en ver quién va a «mandar más»; no solo Juan y Santiago, y su madre, sino también los otros, por si les quitan el puesto. Gran cortedad…¿como la nuestra, cristianos del siglo XXI?
Por otro lado, y aquí está lo más importante, como se revela Jesús: se va a entregar hasta la muerte, su vida es puro servicio, renuncia al poder y a la imagen… Es increíble la grandeza de corazón de nuestro Dios. Su amor incondicional a toda la humanidad le mueve a entregarse hasta el final.
Hoy podemos contemplar así este Evangelio: nuestro Dios se hace uno más para mostrarnos qué sentido tiene la vida: el amor que nos lleva a la entrega. Quién no está dipuesto a servir, no está dispuesto a amar
Estemos con Jesús.
José Luis, vuestro Párroco