Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la III semana de Pascua (Ciclo B).
Lecturas: Jn 6, 44-51.
Unas palabras, a mi entender, bastante extrañas: ¿no es el Hijo quien nos remite al Padre? ¿como es que dice que es el Padre quien atrae hacia el Señor?
Son embargo, tal vez haya que entender que con estas palabras el Evangelista nos quiere indicar la plena unión o comunión de Jesús con el Padre.
Alimentarse de Jesús, creer en Él, estar unidos a Él, es ya comenzar a tener la vida plena.
El Señor se nos vuelve a revelar como el Dios de la vida. Por ello «comerle», o estar con Él y dejarle que nos llene ya es aquí y ahora comenzar con esa vida.
Podemos leer este Evangelio, saborearlo y dedicar un tiempo tranquilo y pacífico a estar con Él.
José Luis, vuestro Párroco