Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo de la IV semana de Pascua (Ciclo B).
Lecturas: Jn 10, 11-18.
Un texto entrañable que nos revela como es el corazón del Maestro.
Jesús hoy se identifica con la figura de un pastor, aunque no cualquier pastor, sino como un Buen Pastor.
Como tal, El Señor va por delante, indica el camino, y nos hace ver que no es un asalariado, un empleado, sino el auténtico Pastor.
Así, da la vida y la entrega, tiene un fuerte lazo de amor y cariño con su gente, “la conoce”; no se queda con unas cuantas personas, aunque sean muchas, sino que busca más, de cualquier tipo, raza y condición.
Un pastor que ama y no se cansa de amar podíamos concluir..
Podemos leer este Evangelio, saborearlo, y. Intemplar a Jesús bajo la imagen del Pastor. Podemos dejar unos momentos a sentirnos amados por Él, y ponernos en sus manos.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco