Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes de la semana X del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Mt 5, 1-12.
Volvemos al Tiempo Ordinario, aunque no es «menos importante» que los otros tiempos.
Durante este tiempo se nos invita a contemplar paso a paso la presencia de Dios en nuestra vida, aunque «libre de temática», si podemos hablar asi. Es decir, es ir desgranando y contemplando esa presencia del Señor en la vida cotidiana. Pues igual que lo haría Jesús. Todos los tiempos son de salvación; en todos nos podemos encontrar con Dios.
Hoy se nos presenta al Señor predicando el sermón de la montaña: San Mateo presenta hoy a Jesús en lo alto de una montaña (que realmente es una ladera), a orillas del lago. Al comenzar este gran discurso, Jesús indica quien o quienes son los dichosos o bienaventurados. Igual no coinciden con los que triunfan de puertas para afuera, aparentemente. Pero si los que son importantes para el Padre.
Leyendo despacio cada bienaventuranza podemos encontrar un auténtico retrato del auténtico Bienaventurado: Jesús el Señor.
Él es quien vive realmente la misericordia, el pacifico, el pobre de corazón, el limpio, el que sufre confiando en el Padre…
Hoy podemos contemplar así esta parte del sermón del monte: escuchándolo y descubriendo cómo y quien es Jesús.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco