Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana XV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mt 12, 1-15.
Para los judíos del tiempo de Jesús, el templo es algo fundamental: el lugar en toda la tierra donde habita Dios. Un lugar totalmente sagrado.
Cuando Jesús en este Evangelio se sitúa por encima del templo, nos está mostrando quién es Él: la persona, el lugar donde Dios habita plenamente.
A la vez nos muestra la preferencia de Dios: «misericordia quiero y no sacrificios».
Hoy podemos contemplar así al Maestro: el Señor lleno de la Presencia de Dios que nos llama a vivir la misericordia, el amor.
Estar con Él, sentirle en nuestro ser, nos convoca a sentir su llamada a vivir como Él, desde la misericordia, desde el amor.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco