Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
martes V del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 7, 1-13.
En tiempos de Jesús se mantenía lo que se llama «pureza ritual», es decir, una persona o un objeto mantenía su pureza si ritualmente se mantenían algunas tradiciones. No dependía de la rectitud o no del corazón, sino de los ritos realizados.
Jesús pone atención no tanto en los ritos, sino en la intención del corazón, e insiste en que no se puede manipular a Dios «toreando» las normas y costumbres.
Hoy podemos contemplar así al Señor: el hombre del corazón, auténtico y libre, que desea servir a Dios, nunca servirse de Dios.
Estemos con Él. Aprendamos de Él.
José Luis, vuestro Párroco