Las catequesis del Papa anteriores están en:
1ª publicación (2 marzo): Introducción: custodiar el corazón; el combate espiritual y vicio de la gula
2ª publicación (4 marzo): vicios de la lujuria, la avaricia y la ira
La tristeza / el 7 de febrero de 2024
En la catequesis de hoy reflexionamos sobre el vicio de la tristeza. Se trata de ese estado de ánimo que todos llegamos a experimentar en algún momento de nuestra vida. Se presenta como un sentimiento de abatimiento y de aflicción constantes, y está ligado a una experiencia de “pérdida” de algo o de alguien.
Podemos distinguir dos tipos de tristeza: por un lado, está la tristeza que lleva a la salvación si se vive según la fe, porque nos impulsa a mirar nuestro interior, nos inspira el dolor y la amargura de haber pecado, colocándonos así en el camino del arrepentimiento y en la esperanza de recuperar la amistad con Dios. Pero, por otro lado, tenemos otra tristeza, aquella tristeza que, si nos descuidamos, puede convertirse en una enfermedad del alma; como un gusano que corroe y destruye el corazón. Nos hará bien pues combatir esta segunda tristeza —esta enfermedad— con la fe en la resurrección de Cristo, que nos colma de esperanza, de gozo y de paz... (seguir leyendo el texto completo en el enlace azul del inicio)
La acedia / el 14 de febrero de 2024
Dedicamos nuestra catequesis de hoy a un vicio poco conocido, pero muy importante, la acedia. En la lista de vicios capitales, este término se sustituye más comúnmente por el de pereza, porque la pereza es uno de los efectos de la acedia. La acedia es una tentación muy peligrosa, que nos lleva a ver todo gris, monótono, aburrido. Puede inducirnos a abandonar el buen camino que habíamos emprendido, y llevarnos incluso a perder el sentido de la propia existencia.
Para combatir este vicio, los maestros de espiritualidad nos ofrecen diversos remedios. Quisiera subrayar uno muy importante, que es la paciencia de la fe. Cuando una persona se encuentra bajo el yugo de la acedia, es necesario que persevere en la presencia de Dios, acogiendo las situaciones difíciles tal como se presentan “aquí y ahora”. En esos momentos oscuros —que incluso los santos han experimentado— es preciso ser pacientes, aceptando nuestra pobreza y confiando siempre en Jesús, que nunca nos abandona... (seguir leyendo el texto completo en el enlace azul del inicio)
La envidia y la vanagloria / el 28 de febrero de 2024
En la catequesis de hoy examinamos la envidia y la vanagloria, dos vicios capitales propios de las personas que buscan ser el centro del mundo y de todos los elogios.
La envidia aparece ya desde las primeras páginas de la Biblia. Cuando leemos el relato de Caín y Abel vemos que, movido por la envidia, Caín llegó incluso a matar a su hermano menor. El envidioso busca el mal del otro, no sólo por odio, sino que en realidad desearía ser como él. En la base de este vicio está la idea falsa de que Dios debe actuar según la lógica mundana, sin embargo, la lógica divina es el amor y la gratuidad.
La vanagloria, por su parte, se manifiesta como una autoestima desmesurada y sin fundamentos. El que se vanagloria —el vanidoso, el engreído— es egocéntrico y reclama atención constantemente. En sus relaciones con los demás no tiene empatía ni los considera como iguales. Tiende a instrumentalizar todo y a todos para conseguir lo que ambiciona... (seguir leyendo el texto completo en el enlace azul del inicio)