Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo de la XIX semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Jn 6, 41-51.
Seguimos con el discurso del pan de vida. Pero esta vez, en Nazaret, en el conflicto de Jesús con sus paisanos.
En este ambiente hostil, Jesús se va a revelar muy unido al Padre (nadie puede venir a mi, si el Padre no lo atrae), se va a manifestar como el Dios de la vida (…yo lo resucitaré…quién cree tiene la vida eterna…), y como el pan de vida, quién participa de Él tiene la vida eterna.
Hoy podemos leer este Evangelio, y contemplar al Señor Jesús en plena comunión con el Padre, invitándonos a sentirle, siendo el Dios de nuestra vida.
José Luis, vuestro Párroco