Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes de la XXXIII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B)
Lecturas: Lc 19, 1-10.
Un texto altamente revelatorio al presentar quien es Jesús. Un texto para leer, releer, visualizar, imaginar, y meterse dentro de él.
Según leemos podemos ver cómo es Jesús.
El Señor camina inmerso entre la gente, en la multitud, pero aun así, es capaz de detectar y darse cuenta de quien le busca. Está atento a cada persona que está en torno a Él. Las personas no somos números para Él: somos alguien concreto, con unos sentimientos y una forma de ser.
El Señor a la vez, mira el corazón como nadie: se da cuenta de quien le busca y porqué. Y responde a esa inquietud del hombre.
Responde también sumergiéndose en lo mas hondo de la humanidad, en donde la persona se encuentra, en su comedor, en su casa.
Y, por último, muestra lo que le interesa: traer la salvación a todo ser humano.
Podemos leer este Evangelio, y estar un rato con el Señor.
José Luis, vuestro Párroco