Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes de la III semana del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Mc 3, 31-35.
Podemos entender este fragmento evangélico un desprecio hacia María y hacia los parientes del Señor.
Sin embargo, creo que el Maestro no va por esa línea, sino por otra bien distinta.
Maria no es despreciada porque ella es la persona que mejor ha vivido la escucha de la palabra, y la ha puesto en práctica.
Jesús en este Evangelio «abre» las fronteras de su familia. ¿Y quienes son? Todos aquellos que intentan dar respuesta en su vida a la palabra de Dios.
Contemplemos así a Jesús: nos abre las puertas de su famila. Estemos con Él.
Un fuerte abrazo.
José Luis, vuestro Párroco