Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes semana XXXII del Tiempo Ordinario.
Fiesta de Santa María la Real de la Almudena, patrona de Madrid
Lecturas: Jn 19, 25-27
Hoy en Madrid es fiesta. El Señor Jesús nos sigue hablando. Es curioso que una imagen que presenta al Niño, tenga por lectura un momento de la pasión de Jesús: la confianza del Hijo que entrega a su Madre para que sea cuidada.
Me gustaría fijarme por un momento en la imagen de la Virgen de la Almudena: María presenta a su Hijo como un bebé: regordete, desnudo, mostrándose como quien porta al Niño, y dándose cuenta de que el importante es Él. De forma serena, ella es la que porta al Niño, en Él recae el centro de todo.
Hoy el Evangelio un día más nos muestra como es el corazón de Jesús: preocupado por los demás, en plena agonía, se preocupa por quienes sufren, y se preocupa de su Madre, rota al pie de la cruz: confía que su cuidado a uno de los pocos discípulos (el único) que se han quedado junto a Él en el momento de su fracaso, que en realidad es el momento de su entrega total. Descubrir hoy ese corazón Amante y Amador del Maestro. Y descubrir que aquella mujer siempre fiel, ella también está al pie de la cruz, nos puede decir tanto con tan solo mirarla: con el Niño, o con el Adulto, pero esta mujer puede decir mucho sin palabras. Contemplemos hoy al Maestro. Y contemplemos hoy a su Madre. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco