Para leer el Evangelio: jueves 27 de agosto 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Jueves XXI del Tiempo Ordinario.  Mateo 24,  42-51

Creo que a veces este Evangelio ha sido considerado como un invitación a tener cuidado, por si acaso muero en cualquier momento. Qué Dios «me pille en gracia»

Yo lo suelo considerar de forma un tanto distinta: creo que hay una gran invitación a descubrir presente a Dios en la vida: estar en vela no es tanto vivir en «por si acaso», sino vivir sintiendo que Dios nos acompaña.

Sentir así a Dios es también una gran invitación a vivir de una forma determinada.

Antiguamente se hablaba del «temor de Dios». Cierto es que nunca he entendido, ni lo entiendo, ese don del Espíritu. Al menos cuando se le llama así.

Hoy el Evangelio nos invita a estar en vela, a agradecer a Dios el don de la vida, y a ofrecérselo, a sentir que camina y está con nosotros y en nosotros.

Sintamos así a nuestro Dios.

José Luis, vuestro Párroco