Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo II del Tiempo Ordinario. Ciclo B
Lecturas: 1 Sam 3, 3-10.19, Sal 39, 1Cor 6 13-15. 17-19, Jn 1, 35-42
Se quedaron con Él. ¿Qué encontrarían aquellos hombres en Jesús para quedarse con Él y que cambiara toda su vida?
Creo que el Evangelio de hoy es para imaginarlo visualizándolo, e introducirnos en él.
El Bautista es un líder que mueve multitudes, pero no se deja influir ni llenar por sostener su éxito. Como él mismo reconoce en muchos momentos, viene uno que realmente es el importante, a quien él anuncia.
Bien, pues Juan presenta a ese que es el importante, y dos de sus discípulos, se van con Jesús. ¿Qué encuentran en Él?¿Qué encontramos en Él?
Recordamos hoy la primera lectura: el joven Samuel se levanta tres veces, y al final, acaba con esa oración: “habla, tu siervo, tu hijo, te escucha”
Creo que San Pablo no es muy afortunado cuando habla de la fornicación. Seguramente se refería a utilizar bien el cuerpo, nuestro ser, y, puesto en positivo, hacer el bien, amar. Usemos bien nuestro ser, y hagamos el bien.
Hoy la Palabra nos llama a fijarnos en el Maestro, a quedarnos con Él, a escucharle con cariño, como Él nos habla, y a vivir unidos con Él, a hacer siempre el bien.
Leamos, releamos, contemplemos hoy esta Palabra.
José Luis, vuestro Párroco