Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Ciclo B.
Lecturas: Mc 14, 1-15, 47.
Es clásico cuando una persona orante vive el desierto recomendarle leer despacio una de las pasiones de los Evangelios.
Para mí, leer pausadamente la Pasión del Señor me conmueve y me da paz. Me suele “recolocar” en mi interior, y me vuelve a situar ante y con el Señor. Me fijo en Aquel que tanto me ama que se entrega “hasta la muerte por mi”.
Hoy ante este texto largo de la pasión os sugiero leerlo despacio, fijaros en cómo reacciona y actúa el Señor ante cada protagonista de la pasión: discípulos, sacerdotes, Pilato, pueblo… Y pedirle que descubramos una vez más su gran amor.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco