Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes de la II semana de Pascua (Ciclo B).
Lecturas: Jn 6, 1-15.
Un Evangelio bellísimo, precioso. Sería genial visualizarlo, y contemplar como es Jesús. Empaparnos en Él.
Jesús hoy se nos revela profundamente humano. Podemos ver qué se manifiesta preocupado por la gente, implicando a sus discípulos, sirviendo, muy cercano al Padre, con una total comunión con Él, y deseando «recoger» todo, que nada se desperdicie.
Por último, el Señor sirve y se niega a caer en la vanagloria; ante la tentación del poder, de triunfar como rey, se retira al encuentro con el Padre, a la montaña, donde Dios está.
Podemos leer despacio este Evangelio, fijarnos en como actúa el Maestro, y pedirle que nos dejemos llenar de Él.
José Luis, vuestro Párroco