Catequesis del Papa Francisco sobre los vicios y virtudes (4º)

Las catequesis del Papa anteriores están en:
1ª publicación (2 marzo): Introducción: custodiar el corazón / el combate espiritual / vicio de la gula
2ª publicación (4 marzo): vicio de la lujuria / vicio de la avaricia / vicio de la ira
3ª publicación (6 marzo): vicio de la tristeza / vicio de la acedia / vicios de la envidia y la vanagloria


La soberbia / el 6 de marzo de 2024
En nuestra catequesis de hoy reflexionamos sobre el vicio de la soberbia. Jesús mismo menciona este vicio como uno de los males que provienen del corazón del hombre. La persona soberbia se considera superior a los demás y desea que todos reconozcan sus méritos. Podemos decir que en su interior se esconde la pretensión de querer ser como Dios, tal como vemos en el pecado de Adán y Eva, que nos relata el libro del Génesis.
Este vicio destruye la fraternidad, porque el soberbio no se relaciona con los demás en un plano de igualdad, sino que los trata como inferiores y emite juicios en contra de ellos. En el Evangelio también encontramos ejemplos de personas así, presuntuosas y seguras de sí mismas —como Pedro, que creía que nunca negaría al Maestro—; a esas personas Jesús las medica con el remedio de la humildad. Esto nos enseña que la salvación no está en nuestras propias manos, sino que es un don gratuito que Dios nos quiere regalar... (seguir leyendo el texto completo en el enlace azul del inicio)

El actuar virtuoso / el 13 de marzo de 2024
Avanzando en nuestro ciclo de catequesis, hoy iniciamos nuestra reflexión sobre las virtudes. El origen de la palabra “virtud” nos remite a la fuerza y a la valentía, y también a la capacidad de disciplina y de ascesis. Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica que «la virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien» (n. 1803).
La constancia y la disponibilidad para hacer el bien son propiedades del ser virtuoso, de modo que nuestros actos no sean casuales e improvisados, sino fruto de un ejercicio y entrenamiento que conlleva esfuerzo y sacrificio, para que esas disposiciones se conviertan en un hábito.
Podemos decir que la virtud es un bien que nace de una lenta maduración de la persona, hasta convertirse en una de sus características interiores. El primer auxilio que recibimos para que esto sea posible es la gracia de Dios, que trabaja en nuestro interior por medio del Espíritu Santo... (seguir leyendo el texto completo en el enlace azul del inicio)

La prudencia / el 20 de marzo de 2024
Dedicamos nuestra catequesis de hoy a reflexionar sobre la virtud de la prudencia. La prudencia forma parte de las virtudes cardinales, junto con la justicia, la fortaleza y la templanza. Esta virtud dispone la inteligencia y la libertad a discernir y a obrar nuestro verdadero bien. Antes de tomar decisiones, la persona prudente pondera las situaciones, pide consejo, intenta comprender la complejidad de la realidad y no se deja llevar por las emociones, las presiones o la superficialidad.
En varios pasajes del Evangelio encontramos enseñanzas de Jesús que nos ayudan a crecer en el conocimiento de esta virtud. Por ejemplo, cuando describe la acción del hombre sensato que construyó su casa sobre roca, y la del insensato, que la edificó sobre arena. Estas imágenes evangélicas, que ilustran cómo actúa la persona prudente, nos muestran que la vida cristiana requiere sencillez y, al mismo tiempo, astucia, para saber elegir el camino que conduce al bien y a la vida verdadera... (seguir leyendo el texto completo en el enlace azul del inicio)