Santa María de la Cabeza (9 septiembre)

Mañana día 9 de septiembre es la festividad de Santa María de la Cabeza, esposa de San Isidro, patrón de nuestra ciudad.
Santa María de la Cabeza se llamaba María Toribia, nació en el siglo XII en Caraquiz que pertenecía al municipio madrileño de Torrelaguna.
Allí, en un tranquilo y hermoso paraje junto al río Jarama había una ermita dedicada a Nuestra Señora de la Piedad. Se dice que esta ermita es de las más antiguas de Madrid.
Santa María de la Cabeza, dedicaba gran parte de su vida al cuidado de esta ermita, todos los días se retiraba a este lugar para orar. Estas continuas idas y venidas a la ermita provocaron las habladurías de la gente del pueblo, llegando a oídos de San Isidro.
Un buen día, San Isidro, fue a comprobar si era cierto las cosas que decían de su mujer. A escondidas siguió a su mujer que se dirigía a la ermita y se quedó atónito al ver como ella haciendo el signo de la cruz, lanzó su mantilla a las bravas aguas del río Jarama y lo atravesó con facilidad. Se cuenta que la Virgen María se le apareció, y cogiéndola un brazo la fue guiando por encima de las aguas.
Años después, Santa María de la cabeza murió y fue enterrada en esta ermita, que tanto quería, hasta que 1596 se exhuman las reliquias de la Santa y años después se trasladarían definitivamente, junto con el cuerpo incorrupto de San Isidro, a la que era entonces la Catedral de San Isidro en Madrid.

Es a partir del siglo XVI, año 1567, coincidiendo con los inicios del proceso de canonización de san Isidro, cuando se plantea la posibilidad de iniciar también el suyo, idea que desde muchos años antes había sido auspiciada por el entonces cardenal primado de Toledo, el arzobispo Rodrigo Jiménez de Cisneros, natural de Torrelaguna (Madrid), y gran conocedor de toda la tradición popular en torno a la esposa de san Isidro que se mantenía muy viva y arraigada entre los campesinos y las gentes de su patria chica. Fue el interés y el apoyo de Cisneros lo que propició que una tradición oral acabara convirtiéndose en un largo proceso canónico con informaciones y declaración de testigos diversos, entre los que se encontraba el escritor y clérigo Félix Lope de Vega y Carpio, quien, además, compuso una serie de versos dedicados a la santa. De esta tradición y del largo y voluminoso proceso, que llega hasta el siglo XVII, es de donde se extraen los principales datos biográficos que hoy día se conocen, aunque, como se ha dicho, bastante descontextualizados.

El apelativo “de la Cabeza” se debe a que la reliquia de su cráneo fue venerada durante varios siglos, primero en la ermita del término de Torrelaguna y más tarde en el convento franciscano de dicha localidad, hasta su polémico traslado a Madrid en 1645, por orden del rey Felipe IV, para ser colocada junto al cuerpo de su esposo en la capilla real de San Andrés. Por este motivo, los vecinos y lugareños se opusieron vehementemente a ello al sentirse despojados de las preciadas reliquias.

Posteriormente, ya en el siglo XVIII, las reliquias de ambos esposos se trasladaron definitivamente a la real iglesia de San Isidro de Madrid (Colegiata de la calle Toledo), donde permanecen hoy día.


Santa María de la Cabeza | Real Academia de la Historia (rah.es)
María de la Cabeza – Wikipedia, la enciclopedia libre
Santa María de la Cabeza – Colección – Museo Nacional del Prado (museodelprado.es)