El día 2 de noviembre, conmemoración de todos los fieles difuntos, la Iglesia nos ayuda a rememorar la vida de los difuntos de nuestra familia, amistades, vecindad que nos acompañaron en nuestro camino de fe, nos mostraron su vida cristiana; en los que podemos apoyarnos, tomar ejemplo, agradecer su vida….
Ya que la vida de fe se centra en Nuestro Señor Jesucristo, que por nosotros se hizo hombre, padeció, murió y resucitó…. os invitamos a mirar y contemplar esta hermosa obra del maestro Alonso Cano (1601-1667) que podemos ver en el Museo del Prado. Se trata de «Cristo muerto, sostenido por un ángel» pintado entre 1646 y 1652.
Alonso Cano residió en Madrid en dos etapas, la primera de las cuales resultó decisiva para su vida y su arte (1638-51). En lo que afecta a las cuestiones pictóricas, el conocimiento de la Colección Real transformó absolutamente su concepto del color y la pincelada. El contacto con la pintura flamenca y la italiana, así como su amistad con Velázquez, fueron los agentes de tan radical cambio. Este Cristo sostenido por un ángel pertenece al final de dicho periodo y ejemplifica muy bien el grado de refinamiento que alcanzó.
La singular iconografía del cuadro no tiene su origen en los Evangelios sino que se remonta al llamado Cristo de san Gregorio, un icono oriental que representaba la visión que dicho papa tuvo de Cristo muerto flanqueado por dos ángeles. Según la tradición, al rezar ante esa imagen se obtenían indulgencias para los difuntos. En el Renacimiento se consolidó como una visión funeraria alternativa al Santo Entierro o a la Piedad que incluía la presencia sobrenatural de los ángeles como una muestra más de la divinidad de Jesús. Cano creó un prototipo personal en el que un único ángel mantiene el cuerpo inerte y lo muestra al espectador. Sin embargo, el artista se valió de un recurso muy habitual en su época, pues para la composición se inspiró en diversos grabados. Parece ser que combinó una estampa de Hendrick Goltzius según un modelo de Bartolomeus Spranger y otra de autor desconocido, posteriormente copiada por el italiano Giuseppe Diamantini. De esa manera obtuvo un prototipo iconográfico original reelaborando esas fuentes gráficas. Uno de los primeros biógrafos de Cano, Antonio Palomino, ya advertía de este proceso de reciclaje como base de su rico repertorio.
El resultado fue deslumbrante, no sólo porque apenas hay rastro visible de los antecedentes, sino por el equilibrio de la composición y la exquisita entonación general. Una sutil insinuación de un paisaje crepuscular rodea al grupo, en el que contrastan los tonos cálidos del ángel con el frío azulado del cuerpo muerto de Cristo. El asunto brindó al pintor una excelente ocasión para tratar el desnudo masculino. La elegancia en el tratamiento del cuerpo, la suavidad y la estilización de las formas, son los logros más característicos de la pintura de Cano, cuya relación con el desnudo lo hace excepcional dentro de la pintura del Siglo de Oro.
La imagen transmite una serenidad muy poco habitual en un asunto que se presta al patetismo y a la visión dolorosa. Por el contrario, Cano ofrece una visión contenida del drama de la muerte en consonancia con la piedad practicada por las elites cortesanas. Se ha propuesto que el cuadro responde a las prácticas de los jesuitas o que, incluso, pudiera tener alguna connotación eucarística. Lo único cierto es que la pintura debió de realizarse para algún comitente particular. Las primeras noticias la sitúan en posesión del marqués de la Ensenada en el siglo XVIII. Fue adquirida de su colección por el rey Carlos III en 1769, y después se integró en las colecciones reales españolas, desde donde ingresó en el Prado. Debió de ser una composición con bastante éxito, pues se conocen otras copias y versiones, una de ellas en el mismo Museo del Prado (P2637). La documentación antigua da noticia de otros ejemplares en colecciones particulares madrileñas, como el que perteneció a José de Lezama.
El Prado en el Hermitage, Museo Estatal del Hermitage:
Museo del Prado, 2011, p.144-145
Cristo muerto sostenido por un ángel – Colección – Museo Nacional del Prado (museodelprado.es)