Para leer el Evangelio: martes 1 septiembre 2020

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Martes XXII del Tiempo Ordinario.  Lc 4, 31-37

Seguimos con Lucas.

Me llama hoy la atención las palabras del espíritu inmundo: “eres el Santo de Dios”

Hay muchos mensajes en este pasaje evangélico tan pequeño: enseña, cura, salva, se acerca…pero tan solo me quiero quedar con las palabras que dice ese espíritu inmundo: “eres el Santo de Dios”

Me quedo admirado ante esta presentación: el Santo, el bendito, el enviado…el que viene a salvar.

Hoy tendríamos que contemplar a Jesús así: El es el Santo, Aquel que no trae vida, que nos llena de paz y amor. Lo que hace, y lo vemos en este Evangelio, es salvar y sanar. No tiene prejuicios ni miedo ante este endemoniado, ni ante la “amenaza” del espíritu inmundo, sino que actúa y libera: Este es el Santo auténtico de Dios. Por eso decía que contemplar así al Señor es aquello a lo que Lucas nos invita. Nos quita la angustia de rompernos la vida.

Qué le contemplemos, y nos dejemos llenar por este Santo de Dios.

José Luis, vuestro Párroco