Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana III del Tiempo de Cuaresma
Lecturas: Mt 12, 28-34
Las palabras del «Escucha Israel…»(«Shema, Israel…») siempre me han conmovido y afectado: sitúan dónde está el centro de nuestra fe: en el amor a Dios y, por tanto, al prójimo.
Ello vale mucho más que todo tipo de celebración litúrgica o ritual.
Pero no me gusta despreciar los actos litúrgicos: buscar el amor a Dios y al prójimo, no significa que las celebraciones litúrgicas (sacrificios y ofrendas) carezcan de sentido (nuestra fe siempre es inclusiva, no exclusiva; no es un «o», sino un «y») Al contrario: deberían estar llenas de sentido, llenas de amor. No son conjuntos meramente rituales: son Presencia viva del que nos llama a vivir el amor y la paz.
Hoy las palabras de Jesús nos llamar a situar la Presencia de Dios en nuestra vida desde el amor a El y a la otra persona. A desear vivir, con toda intensidad, el amor.
Sería bueno repetir lo oración del «Escucha», poniendo nuestro nombre en lugar de Israel, y saber que cada uno somos llamados a vivir esa oración.
Repitamos esas frases, y estemos en silencio con Dios y delante de Él. Vivamos.
José Luis, vuestro Párroco