Como se ha estado haciendo desde que se retomó el culto con pueblo, de acuerdo con las pautas fijadas por la CEE, en los templos se controlan los accesos para evitar aglomeraciones, es obligatorio el uso de mascarilla, las pilas de agua bendita continúan vacías y se ofrece gel desinfectante.
Además, el facultativo gesto de paz ha sido sustituido por uno sin contacto; la comunión se recomienda en la mano; se evitan los coros, reduciendo la música a un solo cantor; no se distribuyen hojas parroquiales ni ningún otro objeto, y el cestillo de la colecta no se pasa durante el ofertorio, sino a la salida de Misa.